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jueves, 18 de agosto de 2011

Bjerkvik - Repparfjord (Noruega) - 715 kms

Tenía que pasar.... tanto andar con la tarjeta de crédito arriba y abajo que, finalmente, me la he dejado en el último hotel (si, el cutrehotel) cuando hacía reserva del siguiente por Internet... un engorro menor, porque por suerte llevo otras... pero me hizo pensar que una de las cosas imprescindibles en un viaje de éstos es llevar más de una tarjeta operativa y, mejor, que estén guardadas en sitios distintos...
Ya no oscurece... a partir de las 22:00 se queda un atardecer continuo hasta las 04:00 donde aparece de nuevo el sol... lástima no haber venido hace un mes, cuando el sol no se escondía nunca...
Antes de arrancar vi que una persona del hotel ponía a secar los bolets más grandes que había visto en mi vida (foto anexa), que harían las delicias de los más auténticos boletaires... se ve que con tanta humedad crecen como setas... (broma fácil).
El día empezó fantástico, con un sol de justicia (lo que en éstas latitudes se puede considerar un sol de justicia), suficiente para quitar el forro de mi chaqueta, y enfilé camino a Tromso, donde tenía que desviarme unos 50 kms (100 si contamos ida y vuelta) para ver la llamada "Paris del Norte".... y la verdad, que visto lo visto, me podía haber ahorrado los 100 kms extra... una ciudad bonita, sin más, con un boulevard central donde están todas las tiendas, bares de copas y restaurantes... y eso es todo.... en fin, volví a mis paisajes increíbles y a continuar la ruta, con muchas interrupciones porque los noruegos aprovechan el verano para adecentar las carreteras (las cuales estropea mucho la nieve, el hielo y la sal que le echan)... hasta 5 veces he parado hoy a esperar que dieran paso alternativo...
Los fiordos, muy escarpados en el sur, aquí se parecen más a mis rías gallegas.... debe ser que tengo morriña ya...
Lo reseñable de esta etapa fue que, al fin, he visto la utilidad de los benditos carteles que avisan que hay renos en la vía... pensaba que eran una leyenda, porque en toda Noruega hay los carteles y no había visto ninguno (preguntando a Finn -el noruego del ferry-, me dijo que sólo bajan en invierno desde la Laponia.... así que misterio desvelado)... iba rápido (como a 110 kms/hr), cuando salí de una curva voy y me encuentro en medio de la carretera, con mirada indolente (como de perdonavidas) y sin moverse, a un reno gigantesco.... frené como pude y cuando me faltaban 10 mts para llegar a él, dio un salto y se apartó hacia el arcén... mientras sacaba la cámara para inmortalizar el encuentro, se fue ladera abajo, pero me dio tiempo de sacarle una foto a mi primer reno en la carretera... luego vinieron muchos más, pero esto es como perder la virginidad.... je,je... se recuerda mucho a el/la primero/a...
Por cierto, no ha sido el único animal autóctono que he visto hoy: también he visto a un zorro con el pelaje gris claro cruzando como a 200 mts más adelante (cuando llegué ya no había ni rastro) y también he visto varios animales parecidos a ardillas, pero más alargados... tendré que buscar a ver qué eran...
Entre renos y paradas. llegué a mi siguiente destino, un bonito hotel en la montaña que, oh! sorpresa, tenía un SPA que he aprovechado para relajarme con agua caliente a tope en el Jacuzzi...
También en el hotel, descargando la moto, conocí a Cristian y a Daniela, una pareja de italianos de Brescia que se han hecho la ruta en una scooter Piaggio 400 (de ésas que tienen dos ruedas delante)... para mi, increíble... cenamos juntos y ha sido muy agradable... sólo hablaban italiano, pero hablando despacio nos entendíamos perfectamente (yo aproveché para meter algunas de las pocas palabras que he aprendido de tanto viaje a Italia).
Mañana llego al destino marcado para volver (Nordkapp) y luego a la Laponia finlandesa, al pueblo de Santa Claus (Rovaniemi)... o al menos eso espero, si me dejan lo renos....
Otra de las cosas que he pensado haciendo la ruta es que repetiré seguro, al menos otras dos veces: una con Mikel y otra con Unai.... es una experiencia que creo vale la pena vivir... y digo al menos porque me gustaría enseñársela a cada persona importante en mi vida...
Las fotos:
Los bolets gigantes!!!
Bueno, creo que era el ayuntamiento de Tromso, pero nunca lo sabré con exactitud (todo estaba en Noruego)
Tromso desde el otro lado del fiordo (este más bien parecía una de mis adoradas rías gallegas)
Un glaciar impresionante, al otro lado del fiordo
Mi primer reno, luego que salió de la carretera, asustado (o porque le dió la gana, porque muy asustado no se veía)
Más renos, y me cuentan que veré muchísimos más en la Laponia finlandesa



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